Al vivir en una sociedad que veía a las personas literalmente en términos de blanco y negro, los latinos en Wichita se encontraban en una posición incómoda. Al igual que los libaneses, judíos y griegos, entre otros, eran considerados blancos. Sin embargo, fueron vistos como diferentes a la población anglo, que era más numerosa, y experimentaron muchas de las mismas restricciones que los afroamericanos.
Los hijos de inmigrantes mexicanos lucharon por encontrar su lugar. Muchos esperaban encajar usando menos el español y participando en muchas de las tradiciones culturales de la aburrida clase media blanca de Wichita. Entre estas tradiciones estaban los deportes de la escuela preparatoria y el servicio militar.
Los latinos nacidos en los EE. UU. eran incluidos en la categoría de “blancos” en el censo de 1950 de Wichita. Sin embargo, el censo a veces incluía la categoría "inmigrantes de México". La imagen muestra el tamaño relativo y la ubicación de la población mexicoamericana en la ciudad. Área A: 101 inmigrantes mexicanos, 0.3% del censo. Área B: 8 inmigrantes mexicanos, 0.1% del censo. Área C: 24 inmigrantes mexicanos, 0.3% del censo. área D: 58 inmigrantes mexicanos 0.3% del censo.
Para muchas familias, el “sueño americano” incluía conseguir un mejor trabajo y mudarse a los suburbios. Aquí Virginia Martinez Mendoza encarna el ideal suburbano que inspiró a los latinos anglos y afroamericanos en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Si bien se alentó a los jóvenes latinos a “encajar”, restaurantes como el Charro presentaron a los anglos de Wichita la comida “exótica” de México.
Desde la década de 1910 hasta los 40, un grupo de familias mexicoamericanas había vivido al sur de la calle 21 a lo largo de la calle Topeka. Sin embargo, en la Segunda Guerra Mundial, el aserradero local se amplió y las pequeñas casas de madera fueron demolidas o trasladadas físicamente al oeste de la calle Broadway. En el mapa de 1950 de la compañía Sanborn el aserradero está pegado encima del antiguo barrio de La Topeka. Es posible ver también, medio borrados, unos cuadrados amarillos de un mapa anterior. Estos indican dónde estaban las casas antes de ser reubicadas.